Índice
- 1 ¿En qué consiste el delito de alcoholemia?
- 2 Regulación del delito de alcoholemia
- 3 ¿En qué consiste el delito de alcoholemia?
- 4 Regulación del delito de alcoholemia
- 5 ¿Cuál es la condena penal por alcoholemia?
- 6 ¿Podría rebajarse la pena por un delito de alcoholemia?
- 7 ¿Qué tasas de alcohol no pueden superarse para no incurrir en delito?
¿En qué consiste el delito de alcoholemia?
La tasa de alcohol en sangre de un conductor se mide a través de un test de alcoholemia, estando prohibido conducir con una tasa que supere los límites establecidos por la Ley de Seguridad Vial. Esta ley establece los límites máximos de alcohol en sangre permitidos para los conductores, y su incumplimiento puede conllevar sanciones graves. Por tanto, es fundamental que los conductores se aseguren de no superar los límites de alcohol en sangre antes de ponerse al volante.
Generalmente, el límite es de 0,5 gramos por litro en sangre (g/l). Sin embargo, esta medida cambia para los conductores profesionales, conductores de vehículos de transporte de mercancías o de viajeros y para los noveles.
Regulación del delito de alcoholemia
Si un conductor es sometido a un control de alcoholemia y se determina que supera los límites establecidos, se le puede imputar un delito penal por alcoholemia. Este se considera un delito contra la seguridad vial y puede ser castigado con penas de prisión de tres a seis meses, multas de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, además de la privación del permiso de conducir por un
Según el artículo 379 del Código Penal Español, conducir bajo los efectos del alcohol o de las drogas se considera un delito de carácter penal. El delito de alcoholemia en código penal hace referencia a la acción de conducir un vehículo de motor o ciclomotor bajo los efectos del alcohol. Sin duda, una acción como esta puede poner en peligro la seguridad vial y la vida de otras personas, razones por las cuales es considerada como un delito.
¿En qué consiste el delito de alcoholemia?
La tasa de alcohol en sangre de un conductor se mide a través de un test de alcoholemia, estando prohibido conducir con una tasa que supere los límites establecidos por la Ley de Seguridad Vial. Esta ley establece los límites máximos de alcohol en sangre permitidos para los conductores, y su incumplimiento puede conllevar sanciones graves. Por tanto, es fundamental que los conductores se aseguren de no superar los límites de alcohol en sangre antes de ponerse al volante.
Generalmente, el límite es de 0,5 gramos por litro en sangre (g/l). Sin embargo, esta medida cambia para los conductores profesionales, conductores de vehículos de transporte de mercancías o de viajeros y para los noveles.
Regulación del delito de alcoholemia
Si un conductor es sometido a un control de alcoholemia y se determina que supera los límites establecidos, se le puede imputar un delito penal por alcoholemia. Este se considera un delito contra la seguridad vial y puede ser castigado con penas de prisión de tres a seis meses, multas de seis a doce meses o trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, además de la privación del permiso de conducir por un período de tiempo de uno a cuatro años.
Es importante destacar que la Ley de Seguridad Vial también establece sanciones administrativas para aquellos conductores que superen los límites de alcohol en sangre, pero que no alcancen el umbral establecido en la Ley. Estas sanciones pueden incluir multas de hasta 500 euros, la retirada de puntos del permiso de conducir, la inmovilización del vehículo o la suspensión temporal del permiso de conducir.
¿Cuál es la condena penal por alcoholemia?
La condena penal por alcoholemia en España puede variar dependiendo de la gravedad del delito cometido y de las circunstancias que lo rodeen, así como de la cantidad de alcohol que se tenga en sangre mientras se conduce. También se tiene en cuenta si se ha cometido algún otro delito de tráfico al mismo tiempo.
Además, dichas penalizaciones pueden ser más severas en caso de agravantes como, por ejemplo, si el conductor ha causado un accidente de tráfico con heridos o fallecidos. En estos casos, la pena puede aumentar significativamente.
Adicionalmente, la persona puede enfrentar la retirada del permiso de conducir por un tiempo determinado y tener antecedentes penales o policiales en su historial. Es importante considerar que cada caso es diferente y las sanciones pueden variar en función de los hechos específicos de cada situación, por lo que es importante contar con la asesoría de un abogado especialista en estos delitos.
¿Podría rebajarse la pena por un delito de alcoholemia?
Es posible rebajar la pena por el delito de conducir bajo los efectos del alcohol, pero esto depende de una serie de circunstancias puntuales y de la decisión del juez o tribunal que lo esté juzgando.
Una de las formas en la que se puede rebajar la pena es a través de la figura del atenuante, que se utiliza cuando el acusado reconoce su responsabilidad en el delito y muestra arrepentimiento. En estos casos, el juez puede considerar que la pena debe ser reducida, ya que el acusado ha colaborado con la justicia y ha mostrado una actitud favorable para reparar el daño que ha ocasionado.
Otra forma en que se puede rebajar la pena es mediante la figura de la eximente incompleta, que se utiliza cuando se demuestra que el acusado estaba bajo los efectos del alcohol debido a una causa externa como, por ejemplo, haber sido sometido a una intoxicación sin saberlo. En estos casos, el juez puede considerar que la responsabilidad del acusado es menor y, por lo tanto, reducir la pena.
Además, si el conductor no tiene antecedentes penales y se compromete a realizar un curso de educación vial, también podría beneficiarse de una reducción de la pena.
¿Qué tasas de alcohol no pueden superarse para no incurrir en delito?
¿A partir de qué tasa de alcohol es delito? Existen límites de alcohol en sangre que no pueden ser superados para evitar incurrir en un delito de alcoholemia. Estos límites varían dependiendo del tipo de conductor y del vehículo que se esté conduciendo.
En líneas generales, el límite de alcohol en sangre permitido en España a los conductores es de 0,5 gramos por litro en sangre (g/l). Este se aplica a conductores en general, incluyendo a aquellos que conduzcan vehículos particulares.
Para conductores profesionales y conductores noveles con menos de dos años de antigüedad en el permiso de conducir, el límite de alcohol en sangre permitido es inferior: de 0,3 g/l. Por su parte, cuando se trata de conductores de vehículos de transporte de mercancías o de viajeros, el límite también es de 0,3 g/l.
Sin embargo, para ser considerado un delito penal de alcoholemia, se deben superar las tasas de alcohol señaladas en el mismo artículo del Código Penal español que son: 0,60 miligramos por litro cuando se sopla en el etilómetro y 1,2 gramos por litro en sangre cuando el conductor es sometido a una prueba sanguínea.
Además, aunque las pruebas demuestren que estas tasas de alcohol no fueron superadas, se puede sufrir la condena por el delito de alcoholemia si se acredita que se conducía con una evidente alteración de las normales facultades físicas o psíquicas, alteración ocasionada por efectos de esta sustancia.
Así, es recomendable evitar consumir alcohol antes de conducir y, en caso de hacerlo, asegurarse de que ha pasado el tiempo suficiente para que se metabolice completamente y el nivel de alcohol en sangre esté dentro de los límites permitidos por la ley. Por eso, es importante conocer qué tasa de alcoholemia es delito.
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