El impacto del divorcio en los hijos: cómo proteger su bienestar

Abr 16, 2025

El divorcio es una situación compleja que afecta no solo a la pareja, sino también, y de manera significativa, a los hijos. En muchos casos, el divorcio representa un cambio drástico en su vida cotidiana, generando estrés emocional y alteraciones en su bienestar. Es fundamental comprender el impacto del divorcio en los hijos y adoptar medidas que garanticen su estabilidad emocional y psicológica.

Tras los miles de expedientes de divorcio que se tramitan anualmente en los juzgados españoles late una realidad tangencial a los procedimientos judiciales: el impacto psicosomático que la ruptura parental imprime en los menores. Estudios multidisciplinares recientes revelan patrones recurrentes -desde alteraciones en el desarrollo neuroafectivo hasta caídas significativas en el rendimiento académico- que trascienden la esfera privada. La clave reside en que estos efectos no derivan tanto de la separación en sí como de su gestión: litigiosidad prolongada, comunicación parental disruptiva o cambios residenciales traumáticos operan como detonantes de secuelas persistentes hasta la edad adulta.  

Frente a este escenario, el Derecho de Familia contemporáneo pivota hacia un enfoque preventivo que trasciende el mero reparto de custodias. La aplicación dinámica del interés superior del menor, recogido en el artículo 2 de la Ley 8/2021, exige hoy protocolos de actuación coordinados entre juristas, equipos psicosociales y centros educativos. Se trata de reconfigurar el proceso judicial como herramienta de protección activa, incorporando desde la fase inicial medidas como la escucha especializada del menor o los planes de parentalidad con base en evidencia neurocientífica. Un cambio de paradigma que transforma la crisis en oportunidad para una reconstrucción familiar resiliente.

Consecuencias psicológicas del divorcio en los hijos

La separación de los padres puede tener una serie de efectos emocionales y psicológicos en los menores. Entre los principales se encuentran:

Cambios en el estado emocional

Cuando se enfrentan al divorcio de sus padres, los niños pueden experimentar una serie de emociones negativas como tristeza, ansiedad, miedo e incluso sentimientos de culpa. Dependiendo de su edad y nivel de madurez, pueden interpretar el divorcio como una situación en la que han tenido cierta responsabilidad. Por eso, es importante que los padres y cuidadores les expliquen que la separación no es culpa suya  y que ambos progenitores seguirán amándolos y cuidándolos.

 

Alteraciones en el rendimiento escolar y social

El divorcio puede interferir significativamente en el desempeño académico de los menores. Es posible que tengan dificultades para concentrarse en el estudio, con el consecuente empeoramiento en las calificaciones. Además, la capacidad de los niños para relacionarse con sus compañeros puede verse afectada, manifestando problemas de conducta o aislamiento social. Es importante que los padres y educadores estén atentos a estos cambios y proporcionen el apoyo necesario para ayudarles a superar estas dificultades.

 

Riesgo de problemas de autoestima

Los cambios en la estructura familiar pueden provocar una sensación de inseguridad en los niños, lo que puede afectar a la confianza en sí mismos y en sus relaciones personales. La ruptura del núcleo familiar puede hacer que los menores se sientan menos valorados y queridos, lo que puede repercutir negativamente en su autoestima. Los padres deben realizar un trabajo activo de refuerzo de la confianza y seguridad de sus hijos transmitiéndoles amor y apoyo incondicional. 

 

Impacto en las relaciones futuras

El divorcio de los padres puede influir en la forma en que los hijos perciben y gestionan sus propias relaciones en el futuro. Pueden desarrollar miedo al compromiso o tener dificultades para confiar en los demás. Es importante que los padres les enseñen a mantener relaciones sanas y ofrezcan un entorno afectivo seguro y amoroso.

 

Problemas de salud física

Los niños pueden manifestar el estrés emocional asociado al divorcio de sus padres con problemas de salud: dolores de cabeza, problemas digestivos o trastornos del sueño. Los padres deben estar atentos a estos síntomas y buscar ayuda médica si es necesario.

 

Necesidad de un entorno de apoyo

Además del apoyo profesional, es fundamental que los niños cuenten con una red de apoyo que incluya familiares, amigos y educadores. Un entorno de apoyo puede ayudar a los niños a sentirse comprendidos y acompañados durante el proceso de divorcio.

 

Importancia de la coparentalidad efectiva

Una coparentalidad efectiva en la que ambos padres colaboran y mantienen una comunicación respetuosa, puede reducir el impacto negativo del divorcio en los hijos. Es esencial que los padres colaboren para tomar decisiones que protejan los intereses de los niños, y que mantengan una relación cordial. 

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El impacto del divorcio en los hijos depende en gran medida de cómo gestionan el conflicto los padres.

 

Factores que influyen en el impacto del divorcio en los hijos

El impacto del divorcio en los hijos varía según diferentes factores:

  • Edad y madurez: Los niños pequeños pueden experimentar miedos y confusión, mientras que los adolescentes pueden reaccionar con rebeldía o frustración.
  • Nivel de conflicto entre los progenitores: Un divorcio con alto nivel de conflicto puede ser más dañino para los hijos que una separación gestionada de manera pacífica.
  • Apoyo emocional: Contar con una red de apoyo sólida (familia, amigos, terapeutas) puede reducir los efectos negativos del divorcio.
  • Calidad de la relación con cada progenitor: Mantener un vínculo estable y positivo con ambos padres es crucial para el bienestar de los hijos.

 

Marco legal para la protección de los hijos en casos de divorcio en España

El ordenamiento jurídico español prioriza el bienestar de los hijos menores en los procedimientos de divorcio o separación. La legislación vigente reconoce expresamente que la ruptura de la convivencia conyugal no exime a ninguno de los progenitores de sus deberes parentales, debiendo ambos velar por el desarrollo integral de sus hijos.

 

H3: Interés superior del menor

La piedra angular de cualquier decisión judicial en materia de familia es el principio del interés superior del menor, recogido tanto en la Constitución Española (art. 39) como en la Ley Orgánica 1/1996, de Protección Jurídica del Menor, y en tratados internacionales como la Convención de derechos del niño de las Naciones Unidas.

Esto implica que, ante cualquier medida sobre custodia, visitas o manutención, los tribunales deben anteponer las necesidades físicas, emocionales y educativas del menor frente a los intereses de los progenitores.

 

Tipos de custodia: compartida y monoparental

El Artículo 92 del Código Civil regula las modalidades de guarda y custodia. Existen principalmente dos tipos:

  • Custodia compartida: Ambos progenitores asumen, de forma equitativa y alterna, el cuidado diario de los hijos. Esta opción, salvo en casos de violencia o conflicto grave, es cada vez más valorada por los tribunales por entender que favorece una implicación equilibrada en la crianza.
  • Custodia monoparental: Uno de los progenitores asume el cuidado diario de los hijos, mientras el otro mantiene un régimen de visitas y debe contribuir económicamente mediante una pensión alimenticia.

La elección de una u otra dependerá de las circunstancias concretas del caso: la disponibilidad de los padres, la edad de los menores, el domicilio habitual y la capacidad de cooperación entre los progenitores, entre otros factores.

 

Régimen de visitas

Cuando se otorga la custodia a uno de los progenitores, el otro conserva el derecho a mantener una relación frecuente y significativa con sus hijos. Este derecho se articula a través del régimen de visitas, cuya regulación también se establece en el Código Civil y puede incluir visitas intersemanales, fines de semana alternos, vacaciones escolares, y otros periodos específicos acordados judicial o extrajudicialmente.

En los casos en los que existan indicios de riesgo para el menor (como antecedentes de violencia, consumo de sustancias, etc.), el régimen puede ser supervisado o incluso suspendido, siempre bajo la evaluación de los servicios psicosociales del juzgado.

 

Obligación de manutención: pensión de alimentos

El progenitor que no ostenta la custodia o que no convive de forma habitual con los menores está obligado legalmente a contribuir a su manutención. Esta obligación se traduce en la conocida pensión de alimentos, regulada por el Artículo 142 del Código Civil.

Dicha pensión incluye todos los gastos esenciales para el sustento, vivienda, educación, vestido, atención médica y formación integral de los hijos. El importe se determina en función de las necesidades de los menores y de las posibilidades económicas del progenitor obligado al pago. Esta cuantía puede ser modificada posteriormente si cambian las circunstancias personales o económicas de alguna de las partes (modificación de medidas).

 

Derecho del menor a ser escuchado

Merece mención especial el derecho del menor a ser escuchado en los procedimientos judiciales que le afecten, reconocido en el Artículo 9 de la Ley de Protección Jurídica del Menor. Los jueces deben oír a los menores siempre que tengan suficiente madurez y, en todo caso, si son mayores de 12 años, permitiéndoles expresar sus deseos o preocupaciones sobre el régimen de custodia o visitas.

impacto del divorcio en los hijos

Los cambios emocionales y el impacto del divorcio en los hijos pueden ser visibles en sus comportamientos.

Este proceso se lleva a cabo en una comparecencia reservada, sin la presencia de los progenitores, con la finalidad de proteger su intimidad y evitar influencias externas.

 

Estrategias para proteger el bienestar de los hijos durante el divorcio

Para minimizar el impacto del divorcio en los hijos, es esencial adoptar medidas que fomenten la estabilidad emocional y el bienestar general de los menores. A continuación, se presentan algunas estrategias que podrían ayudarte:

 

Fomentar una comunicación abierta

Es fundamental explicar la situación de manera clara y adecuada para la edad del niños. Es importante que los padres expliquen a sus hijos que el divorcio no es su culpa y que ambos seguirán amándolos y cuidándolos. Mantener una comunicación abierta y honesta ayuda a los niños a expresar sus sentimientos y preocupaciones, lo que puede aliviar su ansiedad y miedo.

 

Mantener una rutina estable

Los niños se sienten mejor cuando tienen una rutina y estabilidad en sus vidas. Mantener horarios y actividades diarias similares a las que tenían antes del divorcio les proporciona un sentido de seguridad y normalidad. Esto incluye mantener las mismas rutinas de sueño, comidas, estudios y actividades extracurriculares.

 

Evitar conflictos delante de los hijos

Es crucial que los padres eviten discutir o enfrentarse delante de sus hijos. Las discusiones constantes pueden aumentar la ansiedad de los menores y hacer que se sientan atrapados entre sus padres. Es importante manejar los desacuerdos de manera privada y mantener un ambiente tranquilo y seguro para los niños.

 

Buscar apoyo profesional

El acompañamiento de psicólogos o terapeutas especializados en niños puede ser de gran ayuda para gestionar las emociones durante el proceso de divorcio. Estos profesionales pueden proporcionar a los niños herramientas y estrategias para gestionar sus sentimientos y adaptarse a los cambios en su vida familiar.

 

Contar con un abogado que gestione rápida y eficazmente tu caso

Tener el respaldo de abogados especializados en divorcios es determinante para manejar el proceso de manera más fluida y reducir el estrés. Un buen abogado puede mediar entre las partes, asegurando que se tomen decisiones que protejan los intereses los hijos. Además, un buen abogado puede ayudar a evitar conflictos innecesarios y tensiones que puedan afectar el bienestar emocional de los menores.

 

El divorcio no tiene por qué traducirse en un perjuicio irreparable para los hijos, aunque sea un proceso inevitable. Con una gestión adecuada y basada en la comunicación, el respeto mutuo y el cumplimiento de la legislación vigente, es posible reducir significativamente su impacto emocional. Contar con el respaldo de profesionales con experiencia en derecho de familia facilita la toma de decisiones justas y equilibradas, siempre pensando en el interés del menor. Si buscas un abogado en Las Palmas que se implique en tu caso, y te acompañe durante todo el proceso con sensibilidad y eficacia, cuenta con Reyes y Rodríguez Abogados. 

 

 

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